Hace unos días comentamos el desastre que era el nuevo ‘Medal of Honor: Warfighter’. Millones de euros invertidos para producir un producto ciertamente espectacular desde el punto de vista visual pero muy flojo en cuanto a lo más importante: la jugabilidad y la diversión generada.

Parece que Electronic Arts ha entrado últimamente en una senda poco recomendable, y así lo prueba el nuevo ‘Need for Speed: Most Wanted’, que prometía mucho -aquí lo hemos esperado con devoción-, y que al final resulta ser un fiasco. Lo extraño es que la crítica oficial lo puntúa muy alto y, una vez más, los usuarios lo están criticando duramente.

En la página de reseñas Metacritic, ‘Need for Speed: Most Wanted’ recibe una nota media de 8,5 por parte de las grandes páginas de crítica de videojuegos. En cambio, en cuanto a la opinión de los usuarios, la nota baja escandalosamente hasta un 5,5. ¿A qué se debe esta diferencia?

Nosotros creemos que existe un problema de compatibilidad de mercado entre las grandes distribuidoras y las principales páginas de crítica. Estas últimas parecen casi obligadas a escribir reseñas elogiosas cuando, en realidad, se encuentran frente a juegos de baja calidad, como es el caso de ‘Need for Speed: Most Wanted’.

Un juego que cansa

La impresión que nos dio de buenas a primeras ‘Need for Speed: Most Wanted’ fue muy buena. Apartado gráfico espectacular, un mundo abierto entero a investigar y gran cantidad de retos. Sin embargo, a medida que jugamos nos dimos cuenta de algo que mucha gente ha señalado ya: lo aburrido y repetitivo que acaba resultando este juego.

La historia carece de un hilo central y parece más bien una acumulación de sucesos caóticos. Ahora bien, para los amantes del arcade esto no es problema. Sin embargo, sí puede ser un problema que no se haya incluido como opción el cambio de marchas manual, algo completamente incomprensible. O que las posibilidades de personalización de los coches sean francamente limitadas.

En definitiva, un título de factura espectacular que ha sido concebido para gustarse a sí mismo, no para gustar a sus destinatarios, nosotros los jugadores.