No podía faltar en esta serie uno de los grandes mitos del mundo del videojuego erótico: Larry y sus aventuras. Para la ocasión os hemos traído el ‘Leisure Suit Larry: Magna Cum Laude’, una versión que apareció en 2004 y que hizo las delicias del erotismo mejor llevado y más jugable.
Y es que en las aventuras de Larry manejamos a un playboy (aquí, a su sobrino, también playboy) ligón y cargado de humor, que nos hará reír y a la vez aportará buenas dosis de emoción y sensualidad.
En ‘Leisure Suit Larry: Magna Cum Laude’ manejaremos al sobrino de Larry, un perdedor que necesita un poco de ayuda para ligar. De modo que, para lograrlo, se apunta a un programa de televisión dedicado a organizar citas amorosas. Nuestro objetivo será ganar dicho concurso.
Estamos ante una aventura gráfica en 3D con un sistema conversacional en tiempo real que supuso un paso adelante frente a lo visto hasta la fecha en juegos de este estilo. Eso sí, la gran virtud de este juego son las chicas. Hay muchas y muy bonitas. Podremos hablar con ellas, fotografiarlas, grabarlas, bailar, besarlas… en definitiva, tendremos que ligarlas y conquistarlas.
Con un aire a dibujos animados, el juego logra transmitir una sensación de diversión y relajación. Los modelados no están nada mal y han envejecido bien, de manera que jugar a este juego hoy en día aún puede hacer las delicias de muchos.
Es original, divertido y muy variado (dentro del juego hay muchos minijuegos). Poco más podemos pedirle. Un ejemplo para ilustrar ante qué tipo de juego estamos. Cuando hablemos con una chica, se abrirá una pequeña pantalla en la que aparecerá un espermatozoide navegando. En función de cómo lo dirijamos, tendremos más o menos éxito con la mujer. Cachondo, ¿no? Pues eso y mucho más os espera en ‘Leisure Suit Larry: Magna Cum Laude’.
Anda que no he pasado yo horas jugando a este juego. Cuando era pequeño pensaba que de mayor sería como Larry y podría divertirme tanto como lo hacía con este juego pero en la vida real te das cuenta que las chicas con unas reprimidas y no tienen ese morbo que a mi me gusta.