Vuelve a saltar a la palestra un debate antiquísimo, el de la violencia en los videojuegos. ¿Deben los jóvenes disfrutar de los juegos violentos sin impunidad y sin mesura? o bien ¿es necesario limitar el acceso a los juegos violentos debido al potencial maligno que esconden?
En Rusia se están planteando seriamente esta cuestión después de que un desequilibrado aficionado a los videojuegos matara en un tiroteo a seis compañeros de trabajo.
Los hechos ocurrieron así. El sujeto rompió la relación amorosa que mantenía con una compañera de trabajo y decidió acabar con ella y con todo el que se interpusiera en su camino. De manera que, una mañana, llegó armado al almacén farmacéutico donde trabajaba y se cargó a su ex compañera y a cinco compañeros más. Los sucesos tuvieron lugar en la localidad de Rigla.
La policía ha querido dejar claro un dato: el asesino era aficionado al juego ‘Manhunt’. Por otra parte, cabe señalar que había estado bebiendo a lo largo de 5 días y que publicó un manifiesto en su Facebook antes de acometer la matanza.
Un juego prohibido en varios países
‘Manhunt’ ya ha sido prohibido en Australia, Alemania y Nueva Zelanda, y todo parece indicar que también se prohibirá en Rusia.
Ahora bien, según parece, las autoridades rusas pretenden extender esta medida a muchos más juegos violentos, de manera que, en el futuro, no se pueda acceder fácilmente a esta clase de títulos. ¿Qué opináis? El debate, una vez más, está servido. Nosotros desde aquí creemos que la influencia de un videojuego violento es completamente accesoria y que la psique perturbada debe su origen a otros factores mucho más determinantes.
También creo que deberíamos reducir parte de la violencia del juego o que a los menores de edad no se les permita jugar. De lo contrario, muchos de los jóvenes van a caer en esos juegos violentos y van a ir por mal camino.