La navidad está al caer y empiezan a ponerse a la venta muchos títulos esperados desde hace tiempo. Hoy nos centraremos en el que, desde mi punto de vista, va a ser uno de los grandes simuladores espaciales de 2015, salvando las distancias con el esperado y gigantesco ‘Star Citizen’.
Estamos hablando de ‘Elite: Dangerous’, el retorno de una saga que ha logrado ponerse de nuevo en el escaparate gracias a una efectiva campaña de Kickstarter. A continuación repasamos los contenidos del juego, fechas de lanzamientos, precios, etc y vemos vídeos de su gameplay. No te lo pierdas: merece la pena.
Fue David Braben, diseñador original de la saga Elite, quien en 2012 presentó un proyecto en Kickstarter para una cuarta entrega: ‘Elite: Dangerous’. Se pidieron inicialmente más de un millón y medio de euros y se recaudaron casi dos millones de euros, una cifra que no ha dejado de crecer desde entonces.
‘Elite: Dangerous’ pretende conservar la esencia de la saga y ofrecernos un aspecto gráfico remodelado y a la último. En cuanto a esto, podemos decir que lo consigue. Lo comprobamos en este fabuloso vídeo.
400.000 millones de sistemas solares
En ‘Elite: Dangerous’ podremos ser desde un mercante hasta un pirata espacial a bordo de una nave que, por supuesto, podremos mejorar a nuestro gusto, vender o modificar como queramos. En un gigantesco mundo abierto nosotros seremos libres de hacer lo que queramos.
De hecho el mundo es tan grande que nos ofrecerá 400 mil millones de sistemas solares. Una brutalidad. Y hay que recordar aquí que esta saga, para los pilotos novatos, no es especialmente sencilla. La curva de aprendizaje para controlar el pilotaje de la nave es bastante ardua.
Por otro lado, para el juego existirá un modo un jugador y un modo multijugador con amigos o desconocidos en el que cada uno representará una función dentro de un contexto de mundo abierto.
Mañana mismo, 16 de diciembre, se pone a la venta para PC a un precio que oscila entre 40 y 60 euros en función de los contenidos que añadamos. Un título que merece la pena probar.