Si llevas un tiempo consultando información sobre sillas para gamer y no sabes qué modelo elegir, probablemente necesitas tener las cosas más claras para decidirte. Por ello, te recomiendo tomar nota de lo que te contamos en este artículo, ya que compartimos una serie de consejos muy útiles para despejar dudas y tomar una decisión con convicción. ¿Te apetece conocerlos?
Ergonomía
Como no podía ser de otra forma, la ergonomía juega un papel fundamental en nuestra decisión, ya que determinará el nivel de comodidad de la silla de gaming que vamos a tener en casa. Es muy importante que se adapte a nuestro cuerpo y que nos permita pasar horas y horas jugando sin sentirnos incómodos y sin tener problemas de espalda. Por ello, debes asegurarte de que es una silla con soporte lumbar, con un respaldo alto y curvo con apoyo para la espalda y el cuello, mecanismos de bloqueo que mantienen la inclinación y posibilidades de ajustar los niveles de altura del asiento y el ángulo del reposabrazos.
Tamaño
Otra cuestión que hay que analizar es la del tamaño de la silla gamer que vamos a comprar. Evidentemente, vendrá determinado por el espacio disponible en la habitación en la que irá colocada, pero también tendrá mucho que ver nuestra estatura y nuestra corpulencia. Hay que tener en cuenta que existen modelos con asientos estrechos, algo que como podrás imaginar no es nada cómodo para quienes cuentan con piernas voluminosas.
Tapicería
Lo más habitual es que la tapicería sea de cuero sintético, ya que es un material muy aceptable que sale mucho más económico que el cuero auténtico. En lo que debes fijarte es en la transpirabilidad, algo que se aprecia fácilmente en aquellas sillas de gaming que disponen de una malla con la que se disipa el calor. Como podrás imaginar, lo ideal es que la silla transpire para pasar menos calor, algo que se agradece (y mucho) en verano.
Calidad de los materiales
Dejando a un lado la tapicería, hay que fijarse también en la calidad de los materiales empleados en la fabricación de la silla. Eso nos permitirá hacernos una idea de su durabilidad, de la cantidad de años que podremos utilizarla en buen estado. Como es lógico, a mayor calidad de los materiales empleados mayor será el precio a pagar por la silla. De ahí que sea bueno decantarse por la mejor relación calidad-precio del mercado.
A la hora de evaluar la calidad, no hay nada como palpar y preguntar por la composición del marco o chasis. Suelen ser de acero, pero también los hay de madera o plástico para abaratar el coste. Las bases anchas y de aluminio son mejores que las estrechas de nailon, y para las ruedas también hay que pedir un nivel de anchura aceptable. Por último, el relleno del acolchado también es digno de análisis, ya que dice mucho de la comodidad de una silla. En ese sentido, el moldeado y la espuma fría son los mejores materiales que hay con diferencia, así que decántate por ellos para evitar que tu silla de gamer se desinfle al poco tiempo.