En Atlanta va contra la ley atar una jirafa a un poste del teléfono o a una farola. En Denver es ilegal prestar la aspiradora al vecino. Estados Unidos, ese paraíso para las leyes lógicas y razonables está siendo escenario de una nueva gesta, aún en barbecho, pero que a nadie sorprenderá demasiado si finalmente germina: se está planteando poner advertencias en las cajas de los videojuegos semejantes a las que hay actualmente en las cajetillas de tabaco.
La propuesta ha surgido de dos políticos, Joe Baca, republicano, y Frank Wolf, demócrata; pese a ser adversarios políticos se han unido ante un enemigo común: los videojuegos. En particular, los que encierran violencia: de momento los aficionados a los ‘Sims’ pueden jugar tranquilos.
Según Beca, el sector de los videojuegos no ofrece suficiente información a los padres. En Estados Unidos tienen el ESRB, semejante a nuestro sistema PEGI, pero es claro que no es suficiente para el congresista republicano.
Su compañero de enmienda opina:
Tal y como se advierte a los fumadores de las consecuencias del tabaco, se debería advertir a los padres y a los niños de las crecientes evidencias que demuestran la relación entre los videojuegos violentos y el aumento de la agresividad.
De momento no han definido si se conformarán con una etiqueta del tipo “Jugar a videojeugos violentos puede producir agresividad” o querrán también la foto de algún homicida dale que te pego a la PS3.
Por su parte, el organismo pro videojuegos de los Estados Unidos, ESA, encargado, entre otras cosas, de la organización del E3, ha tildado la propuesta de inconstitucional, además de contradecir radicalmente las palabras de Beca y de Wolf, asegurando que trabajan constantemente para brindar a los padres la información adecuada.
No está bien que un niño pequeño juegue, por ejemplo, al ‘GTA’, como tampoco está bien que vea una película pornográfica o asista a un combate de boxeo. Pretender que una etiqueta escandalosa azuce la responsabilidad de los padres es una declaración de ignorancia. Lo único que podría resultar positivo serían las risas: “Jugar con el portátil en el regazo puede producir impotencia”, “Asistir a combates de boxeo puede convertirte en una mala bestia”, “ver películas pornográficas acentúa tu lado más geek”. Quedáis advertidos.