Hoy os traemos un interesante reportaje acerca de la tercera consola en discordia en esta nueva generación: Wii U. Muchos la consideran una consola a medio camino entre la anterior y la nueva generación, debido a su escasa potencia, pero su excelente catálogo de videojuegos le está permitiendo capear el temporal.
A continuación, analizamos qué podrá hacer Nintendo para mantenerse en la cima de ventas con dos rivales tan poderosos como PlayStation 4 y Xbox One. Vamos a descubrirlo.
De entrada, el papel se presenta difícil. Las cifras de ventas de PS4 y Xbox One son apabullantes. La única ventaja de Wii U es temporal: lleva más tiempo a la venta y, se entiende, tiene más usuarios. Pero parece que un año de ventaja no bastará.
Sin embargo, todos recordamos el caso de Wii: nadie daba un duro por esa consola frente a las nuevas rivales, PS3 y Xbox 360, y finalmente consiguió vender tanto o más que el resto gracias a su mando inalámbrico y a su sensor de movimiento. La jugabilidad, y no los gráficos, fueron la clave de su éxito. El resultado: 100 millones de consolas vendidas y un 40% de cuota de mercado.
Sin embargo, con el tiempo las cifras se atenuaron y Wii se confirmó como una de las consolas más vendidas pero menos utilizadas en casa. ¿Por qué? Últimamente se descuidó el catálogo y se permitió la entrada a muchos juegos de dudosa calidad.
Los problemas de Wii U y la solución
En cuanto a Wii U, el problema parece ser otro: de entrada se planeó como una sucesora de Wii, con un concepto muy parecido, inicialmente, que finalmente no resultó ser tal cosa. El nuevo artefacto ya no se basaba en el control de movimiento, sino en un mando con pantalla especial. Y esto es un problema: no se puede llamar a tu consola Wii U si, en verdad, se va a parecer bien poco a la Wii original. Hubiese sido mejor inventar un nuevo concepto.
Por otro lado, los precios, hasta hace muy poco, siguieron siendo abusivos: el pack premium de Wii U con 32 GB, juego y mando pro costaba 389,99 euros, apenas diez euros menos que PS4 500gb. Sin duda, dicha política de precios es poco menos que un suicidio, sobre todo si comparamos la potencia de ambas consolas.
Además, otro problema ha aflorado. La poca potencia de Wii U ha impedido reunir en el catálogo juegos de por sí indispensables para competir, como el grandioso ‘FIFA 14’ o algún título de la saga ‘Call of Duty’. Incomprensible: la falta de juegos estrella, sin duda, ha sido otra causa de las bajas ventas.
Y hasta aquí los datos negativos. ¿Qué hacer ahora? Lo ideal sería que desde Nintendo ofrecieran una serie de ajustes radicales a su consola para actualizarla a los tiempos que corren. Hicieron lo mismo cuando la consola portátil DS empezaba a flojear gracias a una versión 3D que revolucionó el mercado. Existen rumores de que algo están haciendo y de que pronto tendremos noticias. De lo contrario, el fracaso de Wii U está ya más que escrito.