Los videojuegos cada vez son más importantes en nuestro país, pues ya han pasado a ser considerados como cultura. De la misma forma que el cine o la música, el ocio digital se beneficiará de efectos fiscales como ya sucede en otros países europeos como Francia, que es una de las mayores potencias mundiales en el desarrollo de nuevos juegos para consolas.

Este cambio de consideración, aportará consigo ventajas fiscales para los desarrolladores de videojuegos y subvenciones (ayudas económicas) para potenciar la creación de juegos en nuestro país. A pesar de que España es la cuarta potencia europea en facturación de videojuegos, el desarrollo de nuevos títulos es prácticamente inexistente.

Desde que se dispararon las ventas de videojuegos y consolas, la prensa especializada, aficionados, desarrolladores y editores de videojuegos, demandaban que los videojuegos se convirtieran en cultura. Por fin lo han logrado, ahora el sector seguirá creciendo de forma exponencial en los próximos años.