En el año 2000 ocurrió algo insólito para nosotros, los occidentales. El gobierno de China promulgó un edicto según el cual las consolas quedaban prohibidas en el gigante asíatico. ¿El motivo? muy sencillo: el gobierno quería prevenir los efectos negativos que los videojuegos pudieran tener en el desarrollo de los jóvenes, tanto en el aspecto físico como mental.

Y la sorpresa llega ahora, trece años después: el gobierno ha vuelto a permitir el uso de consolas y su comercialización. El cambio puede ser determinante para la industria, al ser China el mercado potencial más grande del mundo. A continuación, más detalles.

El pasado mes de julio China crea una nueva zona de comercio libre en los alrededores de Shangái como un primer paso de apertura al resto del mundo. Allí las compañías extranjeras no tenían obstáculos para ofrecer sus productos, sobre todo las compañías extranjeras. Y en este espacio es donde podrán venderse videojuegos.

Sin embargo, todo parece indicar que los juegos más violentos seguirán estando fuera del alcance de los niños y jóvenes, de manera que la apertura será parcial. Pero algo es algo.

Un nuevo mercado para explotar

De esta manera, China empieza a abrir sus fronteras. Con cerca de 1.350 millones de habitantes, casi el doble que Europa, se presenta como un mercado más que atractivo para las compañías de videojuegos, que podrían enriquecerse mucho si logran entrar con éxito allí y, sobre todo, si el país sigue flexibilizándose.

De momento, el proceso debe seguir, pero los gigantes del hardware como Sony o Microsoft ya han puesto sus ojos en este mercado, y no sería de extrañar que en breve tengamos a millones de chinos jugando a lo mismo que nosotros de manera legal.