Playrix es una compañía que se caracteriza por el tono amable de sus juegos, de colorido alegre, formas redondeadas y unos apartados sonoros que, según el título, oscilan entre lo infantil y lo élfico.

Hace cuatro años sacaron el ‘4 elemments’, un adictivo juego que combina varias mecánicas, siendo la principal abrir camino a la energía haciendo estallar las piedras que obstruyen su paso. Para hacerlas estallar, debíamos señalar a tres o más que estén juntas.

Según avanza el juego, adquieres la posibilidad de utilizar herramientas especiales, tales como bombas o palas que nos ayudarán en la tarea.

Además de esta mecánica, en momentos puntuales se recurre al clásico point and click, que quema las pupilas del jugador en un desafío de agudeza visual, bien para encontrar diferencias entre dos imágenes, bien para descubrir objetos en un escenario sobrecargado.

¿Y si el juego es del 2008, por qué hablar de él ahora? Varias son las razones, y la primera, por supuesto, es porque se trata de un buen juego y de los juegos buenos siempre se puede hablar sin necesitar razones añadidas. Pero además el juego está disponible en la Applesore por el más módico de los precios. Gratis. Más de uno pensará que lo de gratis tiene truco, que tal vez no tengas que pagar nada pero que, una de dos: o bien a mitad del juego te piden que lo compres para continuar, o bien te bombardean con publicidad. Pues no. Ni lo uno ni lo otro. 4 Elemments es gratis gratis.

¿Qué es lo que saca entonces la compañía? Pues de entrada, jugadores. El juego es bueno y al ser gratis y sin publicidad, su número de usuarios se está viniendo arriba como si le hubieran echado levadura.

Pero es que, además, el ‘4 Elemments II’ acaba de salir. ¿Es gratis? No, y todavía no está disponible en el Applestore. De momento, sólo está disponible en su web por 13,95€, donde, por cierto, se vende al mismo precio la versión Premium de primera parte. Es de suponer que la versión Premium tiene un sinfín de novedades que justifican su precio frente a la gratuidad del Applestore… o bien hay una nueva teoría económica muy compleja, porque así de pronto no hay quien lo entienda.